La conjuntivitis crónica se caracteriza por presentar un curso prolongado. Los síntomas incluyen sensación de cuerpo extraño, pestañas pegadas entre sí y escasa secreción. Los signos incluyen hiperemia conjuntival difusa, papilas y descarga mucopurulenta escasa. Los gérmenes patógenos más comunes son S. aureus seguido de M. lacunata.
En la infección por S. aureus existe pérdida de pestañas, además de ulceraciones en el canto interno y medial así como en el borde palpebral.
En la conjuntivitis por M. lacunata existe también ulceración de cantos medial e interno y característicamente una conjuntivitis folicular con adenomegalias preauriculares.
Los microorganismos entéricos como Proteus, Klebsiella y E.coli también pueden causar conjuntivitis crónica. La canaliculitis unilateral también es una causa probable de conjuntivitis bacteriana crónica.
Las complicaciones oculares asociadas a conjuntivitis crónica por S.aureus incluyen queratitis epitelial punteada, infiltrados corneales marginales y ulceraciones. En los casos de Moraxela se ha reportado queratitis punteada, infiltrados y nódulos esclerales cerca del canto lateral.
El diagnóstico se basa en la historia y los hallazgos clínicos. En los casos resistentes a tratamiento se puede realizar cultivo de la secreción del borde palpebral.
Se requiere un tratamiento a largo plazo. Debe incluir el lavado de margen palpebral con shampoo de bebé diluido al 50% y la aplicación de un ungüento con buen espectro para microorganismos Gram positivos (eritromicina). Se agregan gotas de antibióticos como trimetoprim-polimixina B, gentamicina, tobramicina, ciprofloxacina u ofloxacina. Se sugiere terapia VO con doxiciclina dos veces al día durante varios meses en casos refractivos o asociados a acné rosácea.
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