martes, 25 de marzo de 2014

comunicación interventricular

Comunicación interventricular
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Un defecto del tabique es un orificio en la pared muscular que separa las cavidades derechas del corazón de las cavidades izquierdas. El defecto del tabique a veces se denomina «soplo».
Si un bebé nace con un orificio en el tabique, la sangre se escapa por él, pasando del lado izquierdo del corazón al derecho. Si es poca la cantidad de sangre que se escapa, los problemas posiblemente sean leves. Pero si es mucha la cantidad, el corazón trata de compensar y se agranda. Los niños que tienen un defecto del tabique generalmente tienen dificultad para respirar y un retraso del crecimiento.
¿Qué es la comunicación interventricular?
La comunicación interventricular (CIV) es un defecto del tabique interventricular, es decir, un orificio en la parte del tabique que separa las cavidades inferiores del corazón (los ventrículos). Normalmente, el ventrículo izquierdo bombea sangre rica en oxígeno a la aorta, que lleva la sangre que ha circulado por el corazón y los pulmones al resto del organismo. Pero cuando hay una CIV, un poco de esa sangre es impulsada a través del orificio al ventrículo derecho en lugar de circular en forma normal al resto del organismo.
Del ventrículo derecho, la sangre pasa por la arteria pulmonar a los pulmones. Los vasos sanguíneos de los pulmones pueden dañarse debido al volumen elevado de sangre que reciben del ventrículo derecho.
Los ventrículos izquierdo y derecho también pueden verse obligados a trabajar más. Al tratar de suministrar al organismo suficiente sangre, el ventrículo izquierdo podría verse obligado a bombear más fuerte y rápido de lo normal. Este esfuerzo adicional puede agrandar el corazón.

Ilustración de una comunicación interventricular.





















¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas de la CIV incluyen:
  • Falta de aliento
  • Piel pálida
  • Respiración rápida
  • Frecuencia cardíaca (pulso) rápida
  • Frecuentes infecciones respiratorias
  • Retraso del crecimiento
Los síntomas pueden no aparecer hasta varios días o semanas después del nacimiento.
¿Cómo se trata?
Muchos niños con CIV no necesitan cirugía. El orificio puede cerrarse en forma natural durante los primeros siete años de vida o puede ser demasiado pequeño como para dañar el corazón y los pulmones.
Pero si el orificio es grande, podría ser necesario realizar una intervención quirúrgica. El cerclaje de la arteria pulmonar es un tipo de intervención que se emplea para corregir provisoriamente las comunicaciones interventriculares. Consiste en usar una cinta para reducir el calibre de la arteria pulmonar, lo cual reduce el flujo de sangre y la presión en los pulmones. Más adelante, cuando el niño es más grande, puede retirarse la cinta y corregirse el defecto mediante una intervención de corazón abierto. Aunque el cerclaje de la arteria pulmonar no repara el orificio, reduce el volumen y la presión de la sangre dentro de la arteria pulmonar.
Si es necesario reparar el orificio, éste puede cerrarse suturando los bordes o taparse con un parche.

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