La conjuntivitis aguda se caracteriza por tener un inicio rápido pero menos severo que la conjuntivitis hiperaguda. La secreción es mucopurulenta pero puede en ocasiones ser mucoide o purulenta. La conjuntiva bulbar se inflama con mayor intensidad que la tarsal. Los síntomas ceden generalmente entre los 10 y 14 días en muchas ocasiones sin tratamiento. Sin embargo, cuando el germen patógeno es Staphylococcus o Moraxella, la conjuntivitis puede volverse crónica debido al gran potencial de dichos gérmenes de provocar blefaritis.
La infección por S. pneumoniae ocurre en estaciones frías y puede presentarse en epidemias; habitualmente se autolimita. Se observa más en niños que en adultos. Su periodo de incubación es de 2 días, alcanzando la severidad máxima a los 2 o 3 días del inicio de los síntomas. Comúnmente se notan hemorragias suboconjuntivales.
La conjuntivitis aguda por S.pyogenes se presenta con quemosis y secreción purulenta. La fuente de infección puede ser endógena o exógena; la fiebre escarlatina puede provocar conjuntivitis estreptocócica; o bien, puede darse por inoculación debido a un impétigo de párpados.
El H. influenzae (particularmente el biogrupo aegiptius) es la causa más común de conjuntivitis bacteriana en niños, aunque también se suele presentar en adultos. Normalmente se presenta de forma epidémica aunque es endémica en ciertas partes del mundo (costas de EUA). Generalmente aparece durante las estaciones calientes. La infección se resuelve de 7 a 10 días después de iniciar el tratamiento.
La C. diphteriae produce una conjuntivitis aguda membranosa o pseudomembranosa. Usualmente se presenta en niños después de una faringitis membranosa diftérica. Pseudomona, E. Coli, Shigella, Borrelia vincentii y Fusobacterium pueden causar conjuntivitis bacteriana.
Enfermedades oculares y sistémicas asociadas a conjuntivitis aguda: H. influenzae se puede asociar a celulitis periorbitaria, así como a malestar general, fiebre, otitis media, infección del tracto respiratorio superior y meningitis. Streptococcus puede ocasionar infiltrados corneales y necrosis así como úlceras y perforación. Cuando hay descarga purulenta severa, se forman membranas y pseudomembranas. Moraxella puede causar úlceras corneales bilaterales. La xerosis, simblefarón, triquiasis y entropión son complicaciones comunes de la infección por C.diphteriae así como la parálisis de los músculos extraoculares.
El diagnóstico de la conjuntivitis aguda es clínico sin ayuda del laboratorio.
El tratamiento se realiza con gotas cada 1 a 4 horas y ungüentos por las noches. Los aminoglucósidos cubrenen un buen espectro; sin embargo, pueden ser poco efectivos en las infecciones por Streptococcus, siendo más efectiva, en este caso, la polimixina B, trimetroprim en gotas y la bacitracina-polimixina en ungüento. En los casos de Staphylococcus resistente a meticilina se utiliza vancomicina en gotas 5/mg/ml. En las conjuntivitis por H. influenzae con enfermedad sistémica en niños se requieren antibióticos sistémicos. El tratamiento de la conjuntivitis por C. difteriae se realiza con eritromicina sistémica y antitoxina diftérica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario